Por Aurelio Nicolella (*)
Pocos saben que la Segunda Guerra Mundial, oficialmente no
termino, el 8 de agosto de 1945 la Unión Soviética le declaro la guerra al Imperio
Japonés, a la fecha nunca la Unión Soviética o su heredera Rusia han firmado un
cese del fuego o tratado.
Como se acordó en el Acuerdo de Yalta, la Unión Soviética
había intervenido en la guerra con Japón dentro de los tres meses de la
rendición alemana, y por lo tanto tenían derecho a los territorios de Sajalín y
las islas Kuriles y también para los intereses preeminentes sobre Port Arthur y
Dalian, con sus conexiones ferroviarias estratégicas. Los territorios en el
continente asiático fueron trasladados posteriormente al control total de la
República Popular de China en 1955, las otras posesiones todavía son administradas
por el Estado sucesor de la Unión Soviética, Rusia, aunque el norte de la
península de Corea estaba bajo control soviético, la máquina logística conducir
las fuerzas de invasión soviética había dado hacia fuera antes de que pudiera
ser aprovechada toda la península. Con el desembarco estadounidense en Incheon
—algo de tiempo antes de que el Ejército Rojo podía haber removilizado y
asegurado toda la península— Corea se dividió de manera efectiva. Este fue un
precursor de la Guerra de Corea cinco años después.
Corea del Norte hoy se ha convertido en un problema mayor
para los Estados Unidos, de lo que se puede suponer, los misiles de Kim Jong-un, sueñan con llegar al territorio
americano, y todo su potencial bélico y estratégico apunta a ello.
Desde Moscú, y desde Beijing hoy solo miran, o eso hace creer
que lo hacen, es que a ambos el conflicto Nord-coreano-estadounidense le viene
como anillo al dedo. Necesitan que los Estados Unidos estén ocupado en dicho frente
de conflicto
Hasta donde va a llegar Kim Jog-un, difícil de saberlo.
Seguramente no querrá ser quien lleve el nombre de la derrota, tiene el peso de
dos generaciones sobre sus hombros, pero sabe y fue educado y entrenado que
demostrando poder, en este caso poder nuclear, tendrá siempre un arma de disuasión.
Cabe recordar un poco de historia Corea del Norte ya fue
arrasada por los Estados Unidos durante la guerra de la década del cincuenta
entre las dos Coreas, en el marco de la llamada Guerra Fría.
La discusión bizantina ha sido: ¿Quién ataco primero?, ambos
lados se culpan, lo cierto es que las tropas de EEUU al mando del General
Arthur MacArthur intervienen arrasando pueblos y ciudades de Corea del Norte y
solo fueron detenidas por la intervención de la naciente República Popular de
la China de Mao Tse-Tung.
Los coreanos del norte nunca han olvidado y han transmitido
de generación en generación la
agresividad del General Arthur MacArthur que intento incluso usar bombas atómicas,
fue destituido por el presidente Harry S. Truman. En Corea del Norte siempre se recuerda que cuando ocuparon en la guerra militarmente Seúl, la capital de Corea del Sur, respetaron la vida de civiles y militares, en contrate a los bombardeos estadounidenses a las poblaciones de Corea del Norte.
Se calcula que del lado norcoreano hubo de dos a tres
millones de víctimas, la gran mayoría civiles, frente a setecientos mil del
lado de Corea del Sur.
En los años posteriores los Estados Unidos desde Corea del
Sur y Japón, donde tiene las mayores bases militares en el extranjero ha
continuado acosando militar y económicamente a los norcoreanos, lo cual ha sido
la justificación de sus mesiánicos lideres para su avanzada carrera nuclear.
El líder norcoreano comenzó siendo un peligro limitado para
la región pero se lo dejó crecer demasiado. La moderación y pacifismo del expresidente
Bill Clinton durante su administración y la de Barack Obama llevaron a esta situación,
ahora es difícil y peligroso ponerle el cascabel al gato. Pero no hacerlo va a
ser peor, dicen algunos analistas enrolados en una visión más occidental del
caso.
Esa es la cuestión que al Pentágono y la Diplomacia
estadounidense tiene en vilo. Lo cierto es que el tiempo corre a favor del
líder Kim Jong-un.
Kim Jong-un, tiene un plan cual es la unificación de la península
coreana, quiere una Corea unida, pero bajo su mano. Para ello necesita
un Pacto de “No agresión” similar al que Estados Unidos y Cuba firmaron en la década
del sesenta para finalizar la “Crisis de los Misiles” y así tener las manos
libres para presionar a Corea del Sur y lograr esa ansiada reunificación, algo
que China y Rusia ven con buenos ojos. Cabe recordar el intercambio económico entre
las dos Coreas, aunque no se dice es alto, por ejemplo la cantidad de celulares de marca
Samsung o LG, que ingresan a Corea del Norte desde el Sur, donde surgen dos
preguntas, la primera que el intercambio económico existe, y que los norcoreanos
no están tan aislados como la prensa occidental pregona.