Por Aurelio Nicolella
Al cambio social se lo define como una alteración apreciable de las estructuras mutuas de los habitantes, sus consecuencias y sus manifestaciones la que hace que esas estructuras ligadas a las normas, los valores y a los productos de las mismas junto con el paso del tiempo, determinarán los cambios sociales.
El fenómeno que mayor se da en las sociedades cuando se producen sus cambios es con la parte moral que se encuentra ligada a la sentimental y espiritual.
En estos últimos años asistimos a cambios tan radicales que serían impensados un par de décadas atrás, la famosa “ideología de género” producto de un poder oculto que quiere cambiar la humanidad dicen unos y otros un cambio evolucional.
En su trabajo “LOS CAMBIOS SOCIALES EN LA SOCIEDAD ACTUAL” realizado por Alejandra Arboleda y Elizabeth Diaz, ellas manifiestan que. “…En la actualidad estamos dentro de una sociedad que se desarrolla y evoluciona como una Sociedad de libre comunicación; es así como toda la información está en las redes, en internet”
En el tan mentado movimiento de globalización como cambio social se estructura desde las élites dominantes pero sus consecuencias son resistidas por la organización civil en distintos conflictos.
Pero ello tiene un costado de construcción que se fue dando lugar con el transcurso del tiempo, es tonto pensar que ello es producto de un despertar genuino y repentino.
Así vemos como proliferaron con éxito “pseudo-religiones” que se deben al desmembramiento familiar que coincide con la década del setenta en América Latina.
El ser humano necesita crecer apoyándose en el pilar masculino y el femenino y cuando tambalea una de estas columnas, el ser humano la busca en cualquier en cualquier cosa.
Se ha visto trastornados mentales en pleno centro de ciudades como Nueva York o Buenos Aires, diciendo en forma muy teatral “Yo soy Dios”, o “Que tienen el poder y la última palabra de Dios”, por ejemplo, e increíblemente a los diez minutos se veía una cantidad de gente que los escuchaba y comenzaban a seguirlos.
En Argentina, la desintegración familiar comenzó a principio de los años setenta, en cambio en los Estados Unidos de América a principios de los años cincuenta, en este último caso la guerra tuvo mucho que ver, faltó el varón, la mujer también faltó ya que tuvo que empezar a trabajar y a los chicos los empezó a alimentar “Mc Donalds”.
Son realidades distintas la de ambos países, pero comparables al fin. El aprovechador y ladrón argentino es más sinvergüenza en cambio el estadounidense es más psicópata. Ambos merecen repudio y una fuerte sanción social y penal por iguales.
La gente débil, cobarde, insegura, con traumas caen en todo cuento del tío esto viene de la mala base familiar, sin contención, sin recursos, pobreza, ignorancia sin educación de nada, etc…, los que vienen de familias planificadas con educación, contención, unión, amor y valores morales, etc…, son los que menos caen en estas cosas creadas por ventajeros psicópatas inhumanos que su fin es la esclavitud de las personas y la muerte.
La pérdida de la familia en el mundo occidental por lo menos ha traído aparejado hasta ahora la decadencia de la humanidad.
