Por Aurelio Nicolella.

Y la Iglesia Católica Apostólica
Romana ello lo sabe y tiene cuidado hoy en día en tratar de ver a quién le
otorga su bendición. Sabe que puede interferir y mantener equilibrio con ello.
La historia religiosa es muy rica en ello así cuando Karol Josef Woytila fue
elegido Papa en 1978, en su país natal regia en comunísimo, Polonia formaba
parte del Pacto de Varsovia, terminado el conclave de elección papal, para el
régimen comunista comenzaron los dolores de cabeza, el hombre fuerte Wojciech
Jaruzelski no pudo dominar la situación de que un connacional suyo sea
declarado en Vicario de Cristo en la tierra.
El 14 de agosto de 1980, tras el
comienzo de una huelga laboral en el Astillero Lenin de Gdańsk, que era visto
con buenos ojos por parte de Juan Pablo II, posibilito que Lech Wałęsa del
sindicato Solidarność (Solidaridad). Muchos historiadores creen que la elección
de Juan Pablo II es el comienzo de la caída del comunismo en Europa del Este.
Que los Papa influyan en sus
respectivos países no es historia nueva, muchos olvidan que la Santa Sede es un
estado, el único estado en el mundo con embajadas en todas las localidades del
mundo, llámense parroquias. Una anécdota lo pinta de lleno, cuando en el sur de
Filipinas en la isla de Mindanao con playa paradisiacas, habían secuestrados a
turistas estadounidenses, por la insurgencia rebelde musulmana, la Agencia
Central de Inteligencia (C.I.A.) solicitó el auxilio del Vaticano para mediar
en la liberación de los rehenes, la cual fue llevada con éxito.
No por nada el nuevo presidente
de los Estados Unidos Donald John Trump, su primera visita fuera de su país
fuera al Vaticano entrevistándose con Mario Jorge Bergoglio.
Todos los Papas como se dijo
influenciaron en la política de sus países de nacimiento desde la época del
Imperio Romano, los último Papas lo hicieron sin tapujo, todavía está en la
mente de los italianos cuando Papa Pablo VI cuestiono la política local ante la
promulgación del “Divorcio Vincular” tanto fue que los políticos italianos
tuvieron que llamar a un plebiscito para aprobar la ley. Todos a su manera lo
hicieron.
El Papa Francisco, no es ajeno a
ello, Bergoglio viene de hacer política en su juventud dentro del Partido
Justicialista antes de ingresar al clero. Es ingenuo creer que la Iglesia
Católica Apostólica Romana no hace política y no tiene agenda al respecto.
Ver como gobierno argentino,
aunque lo haga indirectamente, no hace más que potenciarlo políticamente. Este
Papa es creíble en el mundo entero, y, por ser argentino ya es un gran mérito,
mientras que el gobierno nacional de Mauricio Macri, el presidente manifestó
ante quien quería escucharlo y ante el “establisment” que metería presa a “los
supuestos corruptos” del gobierno anterior. Y hoy a más de 19 meses de asumir el
gobierno la realidad es otra, basta ver quién lidera las encuestas para las
elecciones de medio término.
Es muy común que los periodistas
argentinos, lo critiquen a Bergoglio, lógico Francisco está a más de 13.000
kilómetros de distancia, pero el gobierno está a pocas cuadras. Así es como
Jorge Lanata el periodista que es amado por la mitad de los argentinos y fomenta
la famosa “Grieta” en la sociedad argentina lo tilda de hacer política lo
último un fuerte cruce entre Lanata y uno de los dirigentes cercanos al papa
Francisco por la entrevista a "El Polaquito" un menor de edad de 11
años que fue "secuestrado" según Juan Grabois para dar la nota donde
contaba sus robos y un crimen, el periodista dijo al aire en su programa
radial: “Usted tiene un amigo en el Vaticano camporista con bastante poder”, muchos de los argentinos lo tildan de populista.
La enemistad entre Bergolgio y
Macri empezó mucho tiempo antes cuando ambos en la ciudad de Buenos Aires uno
era Cardenal y el otro Jefe de Gobierno (Alcalde), más de una vez el ahora presidente
lo dejo plantado en los “Tedeum” sumando a que en ese entonces la sintonía con
el gobierno peronista de Cristina Fernández era mala. Faltazos de Macri no eran por una agenda de
compromiso político sino para concurrir a eventos religiosos de rito oriental, cuando
uno apelo el gobierno de la ciudad el fallo que posibilito la ley nacional del
matrimonio igualitario que el propio Bergoglio y la Iglesia Católica Apostólica
se opinión. Es “vox-populli” no practica la religión católica se vio cuando el
tedeum por los festejos del día de la Independencia no sabía realizar los titos
litúrgicos como la señal de la Santa Cruz. Distinta es la actitud que tiene con
la gobernadora de la Provincia de Buenos Aires con quién no tiene reparo en
recibirla en audiencia privada. Con ello Bergoglio marca la diferencia. Macri
se desvive por tratar de que Bergoglio venga a la Argentina de visita papal,
tantea cualquier movimiento para lograrlo, y queda en evidencia que Francisco no
vendrá.
Ahora para que, ¿desvivirse para
una visita del Papa?, ¿Qué sentido tiene ello?, ¿Qué se busca con ello?, Lo cierto
es una sola cosa por más que a muchos argentinos incluidos el periodista Jorge Lanata, no le guste,
hoy la política argentina tiene tres aristas bien marcadas, y una de ellas está
en Roma, y es por ello que el presidente argentino sabe que: “Sin la bendición Papal no se
es Rey”.