El caso de las grabaciones al presidente de Brasil, Michel Temer avalando el soborno a un aliado clave del gobierno, los dueños del frigorífico JBS que aportaron a la justicia audios y videos que demuestran que en marzo el presidente avaló el pago de millonarios sobornos al detenido y ex presidente de la Cámara de Diputados Eduardo Cunha para comprar su silencio y preservar así al Palacio del Planalto ante una eventual delación suya en el marco de la operación anticorrupción del “Lava Jato”.
Dichas grabaciones fueron dadas a conocer por la propia Red
Televisiva y gráfica, la multimedia “O GLOBO”
es el caso más patente de cuando a un político se le acaba el blindaje político.
Ese pacto entre políticos y periodistas, blindaje periodístico, se termina
cuando: 1° el político no puede cumplir lo que el empresariado periodístico le
pide, 2° cuando un hecho de corrupción del político es tan grave que no se
puede ocultar más, no hacerlo haría perder la “supuesta objetividad del medio”
ante la población, o, 3° cuando el político cae en desgracia, el empresariado periodístico
migra con su blindaje periodístico hacia otro postulante para renovar al caído
político.
La diferencia, en Brasil y aquí, es la manipulación mediática
que se hace de esas corrupciones. Brasil donde solamente un porcentaje de su
población es la que esta económicamente activa (clase media), el resto debe
sobrevivir estando más preocupada por la telenovela del horario central que de
los vaivenes de la vida política de la nación, y esto los medios de comunicación y los políticos lo
saben y lo aprovechan.
Con algunas honrosas excepciones de funcionarios específicos,
la corrupción es estructural y sistemática en la política latinoamericana.
El que diga otra cosa es un
ingenuo o defiende un interés particular. ¿Había corrupción en el gobierno de
Dilma? Seguro. ¿Hay corrupción en el gobierno de Temer? También es seguro. Hubo
corrupción en los gobiernos de la “neo democracia” argentina indudablemente sí.
Repercutirá en el gobierno de Mauricio Macri este escándalo carioca, dependerá de
cómo terminara Michel Temer en Brasil, ya que este es su aliado político. Hoy
en la ciudad paulista el único tenuemente beneficiado sería el presidenciable
Lula Da Silva.
En tanto la opinión pública tanto brasileña, como argentina y
latinoamericana, deben transitar la triste realidad de su propia indignación que
está estratégicamente orientada por los medios de comunicación para beneficiar
los intereses de los grupos económicos dueños de esos medios y sus aliados
financieros.
Sin perjuicio de la idea y el rumbo económico/político que cada uno elija en las urnas, defender con su voto es muy importante, estar atentos a ésta manipulación y hacer permanentemente el ejercicio de leer las intenciones que están detrás de la redacción y sobre todo de la selección.
¿Cómo se resolverá esto ahora?, todo el mundo sabe que la
corporación “O Globo” que fogoneo el juicio político de Dilma Roussef y llevó
al poder al Michel Temer, ahora a este le suelta la mano y lo lleva directo al
juicio político, no se sabe muy bien las razones, capaz que nunca lo sabremos.
La lógica indica es que Temer renuncie y llame a elecciones,
el problema de “O Globo” y los medios, es que si llaman a elecciones podría
ganar su adversario Lula Da Silva al que
hicieron llenar de causas judiciales.
Pero sería tonto no creer que en Latinoamérica nada funcione
sin la "monedita que cae y se reparte", y eso es lo que a veces el
votante de esta América Latina no comprende.