Cada vez los historiadores están convencidos que el golpe de estado del 16 de septiembre de 1955 en la República Argentina fue un Golpe de Estado que beneficio al peronismo y a su conductor, surtió un efecto totalmente contrario al resultado que deseaban los golpistas.
Lo cierto era que el peronismo desde 1951 había tomado un camino netamente dictatorial, ya no era la democracia popular inclusiva del ‘46, cambio a un sistema de persecución a los opositores, vigilancia de los ciudadanos al estilo “mussoliniano” faltaba que les hicieran tomar el aceite de resino, afiliación obligatoria al partido para los cargos públicos, las afiliaciones compulsivas al partido oficialista, enseñanza de adoctrinamiento político en la educación, sistema de sometimiento de los sindicatos a la estructura partidaria, el uso de la tortura por la fuerzas policiales, el culto a la personalidad del líder y su esposa, persecución de artistas e intelectuales, tarjeta de racionamientos en varias ciudades y en el interior del país con beneficios a los afiliados que demostraban lealtad al gobierno.
Ahora si al gobierno peronista se le hubiera dejado completar su segundo periodo que vencía en 1958, se cree que hubiese dejado el poder por su propia inercia, es que ya se veían divisiones en la estructura verticalista del peronismo, al jefe se lo comenzaba a cuestionar desde dentro de la estructura partidaria, sería impensado que se hubiese mantenido décadas en el poder como el dictador paraguayo Alfredo Stroessner.
Es que ya comenzaba un debilitamiento en su gobierno, el grueso de las fuerzas armadas ya no responden a sus mandos naturales. Las desinteligencias en su círculo íntimo de poder, eran feroces y cada vez más continuas, a su vez el fallecimiento de su consorte María Eva Duarte lo debilitó, sus ministros y secretarios cada cual intentaba salir airoso ante el jefe.
El punto culminante fue el mamarracho de que cuando se dio el golpe de su derrocamiento no se sabía si había renunciado a la presidencia o había delegado el poder en la Junta Militar la que luego se rendiría ante los sublevados que venían de Córdoba. Da cuenta de ello la carta que Perón escribió al general Franklin Lucero que este leyó por la cadena de radio y televisión. Pidiendo asilo político en el Paraguay de Alfredo Stroessner.
Cabe mencionar que muchos de los gobernantes latinoamericanos del estilo del peronismo, “populista”, como Gustavo Rojas Pinilla en Colombia, Rafael Leónidas Trujillo Molina en República Dominicana, Marcos Pérez Jiménez en Venezuela, Maximiliano Hernández Martínez en El Salvador, pasaron sin pena ni gloria a la posteridad. Hoy son apenas recordados en los manuales de historia. No por nada luego que de fuera derrocado el mentor del peronismo fue hospedado por varios de ellos en el comienzo de su largo exilio.
Por eso, ese golpe cívico-militar del 55, junto con los lamentables bombardeos a Buenos Aires de los meses anteriores, lo que hizo fue agigantar la figura del líder, Getulio Vargas en Brasil y Carlos Ibáñez del Campo en Chile no tuvieron la golpes de estados como para poder potenciar sus figuras hoy en esos países no existe un Varguismo o un Ibañismo han solamente quedado encapsulados en una parte de la historia de sus países.
Por eso mismo los cronistas hacen hincapié de no haber existido ese levantamiento otra hubiese sido la historia a contar, pero se sabe que la historia se cuenta tal como sucedió, lo otra es aventurismo novelesco.
Por eso, ese golpe institucional llego en el momento justo para el líder justicialista, todavía seguían en el poder los dictadores que pudieron darle acogida en el principio de su exilio. Uno no se imagina al líder peronista en el exilio paradisiaco de las playas de la Florida, yendo y viniendo sus emisarios desde Miami, la tierra del capitalismo, seguro que a la marcha partidaria le deberían haber cambiado una estrofa muy importante.
El franquismo lo acogió en España que era el último bastión fascista de la época permitido por los Estados Unidos en su lucha en la guerra fría contra el marxismo, pero al igual que el caudillo español Francisco Franco en Europa, Juan Domingo Perón era visto por el gobierno de Washington como un posible escudo-freno contra el posible avance del comunismo en América Latina, más aún cuando se comenzaba a hablar de la vía chilena al socialismo (1), no bien visto por el país por la potencia capitalista.
En historia se podrá disentir o aprobar los hechos depende desde el cristal con el cual se lo observar. Lo real es que la historia del pueblo argentino está concebida de contradicciones difíciles de encontrar en otros países, por eso cada los pueblo como las personas no pueden negar sus vivencias históricas, forman parte de su realidad presente.
Para concluir se decía en la antigua Grecia que el exilio hacia madurar el alma de las personas, puede ser, porque ciertamente otro era el Juan Domingo Perón que volvió de ese exilio europeo, desde ya distinto al que se fue, pero con poco tiempo para demostrarlo.
NOTAS:
(1) Vía Chilena al Socialismo: Concepto que se refiere al proyecto político de la Unidad Popular de Chile para acceder al objetivo del socialismo dentro de los marcos de sufragio, a través del uso de la institucionalidad vigente, de democracia, el pluralismo y la libertad.
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