Por Aurelio Nicolella.
Estas palabras fueron dichas en una oportunidad por el argentino Domingo Faustino Sarmiento, en una época en que los grandes y pequeños terratenientes de la pampa, ese mar verde como llamaban los conquistadores españoles a la llanura más extensa del nuevo mundo, no alambraban sus campos, las palabras del maestro de América, hizo tomar conciencia que de, esa forma evitarían los problemas que acarreaba el hecho de no tener delimitado sus propiedades “evitando” los litigios que se producían, cuando la hacienda transponía los límites de un fundo al otro.
A veces esas cuestiones, entre terratenientes, se dirimía en los distintos Juzgados de Paz o Campaña, y otras veces se solucionaban en una forma no pacífica y bastante violenta, llegando a regar de sangre humana dichos campos. No era para menos ya que era muy común que los animales (ganado) pasaran de un fundo al otro con lo cual generaba un sin fin de conflictos, a veces resuelto de la forma más sangrienta como dijimos.
Quién se cree que trajo el alambre al país fue el Cónsul de Prusia, Francisco Halbach este poseía un campo de dimensiones nada despreciables en el Partido de Cañuelas, una de las primeras cosas que hizo fue alambrar perimetralmente todo su campo, ello consistía en fijar cuatro o tres filas de alambres paralelas atadas o insertadas cada tantos metros a un tronco de quebracho o árbol de madera dura, con una pequeña roldana con dientes para poder tensar los hilos de alambres, no variaba mucho de los alambres que se usan en el campo hoy en día.
Cabe mencionar que mucho después, ya entrado el Siglo XX surge el alambre de púa que pretende dar más seguridad de que el ganado no lo rompa o traspase a otro fundo, ya en la década del sesenta es cuando aparece la “boya”, que produce una pequeña voltaje que hace que el animal retrocede en su intención de traspasar el alambre o el lugar determinado para que esté pastando.
Pero volviendo al racconto histórico, Sarmiento desde sus editoriales en el diario “El Nacional”, apoya entusiastamente la iniciativa del Cónsul Prusiano como también la de varios terratenientes progresistas, ya que de “...esta forma – decía Sarmiento – los límites quedan debidamente definidos, no presentándose a confusión de ninguna índole....”, desde ya hubo quienes se oponían a este método revolucionario y transgresor, ya que produjo resentimiento en algunos la decisión de algunos criadores de alambrar su territorio y es allí en que Sarmiento quién ya esta altura había viajado por gran parte del mundo y principalmente por los Estados Unidos de América donde allí pudo apreciar como los pioneros colonos y los ganaderos agricultores procedían a alambrar sus campos y propiedades con el fin práctico descrito anteriormente.
Todo ello lleva a que ya Sarmiento en 1855 redactara el proyecto de colonización, en el cual hace hincapié en ello, pero además también especifica los motivos a favor de delimitar los campos, porque es de esta manera que el Estado Nacional puede también saber cuales son las tierras de dominio público y cual de los particulares, la visión de Sarmiento era que el Estado ya sea nacional o provincial no perdiera dinero ya que al no estar alambradas las tierras del erario público eran aprovechadas por los particulares, estos llevaban su hacienda a dichos lugares a pastar y al no estar especificado la pertenencia de dicho fundo no tenían obligación de pagar ningún canon.
Ya que el pensamiento sarmientiano se basaba también en el querer que existieran muchos propietarios pequeños y difundir así la agricultura sobre la ganadería, tal parte de su pensamiento se ve reflejada en lo que sería la colonización de Chivilcoy en el Provincia de Buenos Aires, iniciativa de él, que pudo concretar, ya que en esta localidad bonaerense se había planteado una situación escandalosa donde un grupo de enfiteutas tenían arrendadas al estado varias leguas de tierras, no pagando el correspondiente canon al gobierno, pero sí arrendándolas a altos valores a trabajadores de la tierra, que no veían nada mejor y más rápido que llenar dicho campos de animales, en vez de sembrar, dicha injusticia es lo que se propuso luchar Sarmiento llegando a manifestar que lo que realizaban dichas acciones en perjuicio del estado nacional eran lo peor de la humanidad.