Por Aurelio Nicolella.
Muchos podrán decir que hay exageración, o muchas palabras desmedidas, pero lo cierto es que la República Argentina esta en cuanto a lo económico ante las puertas de un “rodrigazo”, aquellas medidas económicas tomadas de un día para otro y que dejo una huella muy pronunciada en toda la historia económica del país.
Por eso los argentinos tan amantes de ver el pasado hoy estamos más en junio de 1975 que en el presente. Un gran déficit fiscal, tasa de intereses bancarios altísimos, un dólar estadounidense imparable, iliquidez financiera, caída de consumo, desempleo y pobreza en aumento, por eso cada semana los argentinos nos estamos acostumbrando a estar peor. Un gobierno que sigue con operetas clásicas en donde fogonea a un poder judicial que cada día es menos creíble.
Una administración la del presidente Mauricio Macri con un marco vacío de poder que para los inversores y emprendedores industriales es sinónimo de pérdida de confianza.
Pero hay economistas todavía cercanos al gobierno que siguen esperando ¨el segundo semestre¨ llamándolo próximo año, y justificando mediante argumentos agujereados por la ceguera y la ignorancia la realidad del país tales como la sequía, la mejora del comercio exterior, o indicar con un cinismo pasmoso que todos los indicadores nos marcan una recuperación a partir de noviembre o diciembre vamos a estar mejor, todas sandeces.
Este fracaso tiene una sola explicación la total inexistencia de un plan económico que permita salir de la crisis a la sociedad argentina.
Por cómo se presenta este presente incierto es que estamos más cerca de aquel junio de 1975 que de otro acontecimiento vivido por estos lares.
Para los “rodrigazos” los cuadernos no sirven para desviar la atención de la sociedad, que más pronto de lo pensado llegara, salvo que esos cuadernos sirvan para después escribir la tragedia de un gobierno que no supo escuchar ni ver la triste realidad que estaba advertida.