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¿LA DOBLE MORAL DE PABLO VI?

Por Aurelio Nicolella.

Giovanni Battista Enrico Antonio María Montini, hijo de un ama de casa y de un abogado periodista de Milán, sería con el tiempo Pablo VI, el Papa que concluyó el Concilio Vaticano II, el mismo que comenzó a peregrinar por el mundo, el de la moral incorruptible, resistido por los “lefrevistas” por haberse enrolado en reformas mundanas, abandonando los ritos milenarios de la tradición católica.

Pero mantuvo el celibato sacerdotal a rajatabla. Decreto como ilícito para los esposos católicos la utilización de anticonceptivos tanto de origen químico como artificial.

Un ferviente opositor a la planificación familiar en todos sus aspectos, por considerarlo contrario a la voluntad divina.
Mantuvo las disposiciones de excomunión de su antecesor Juan XXIII, en cuanto al silencio por parte de los clérigos y religiosos sobre conocimientos de abusos sexuales y desviaciones pervertidas por parte de los religiosos.

Estuvo en contra de las ideas marxistas las que combatió encarnizadamente y en un modo agresivo, tal es así que nunca dejó de prestar su apoyo incondicional a las Democracia Cristiana Italiana, manteniendo la injerencia sobre un estado extranjero.
Condeno abiertamente la homosexualidad al punto de considerarla una enfermedad, llegando sus declaraciones a ser consideradas abiertamente homofóbicas.

Por una de aquellas declaraciones, homofóbicas, el diplomático francés Roger Peyrefitte, que era un diplomático, escritor y activista de derechos humanos en 1976 hizo pública la vida homosexual de Montini; este manifestó que cuando el Papa Montini era arzobispo de la ciudad italiana de Milán, en la década del cincuenta, era por todos conocido su afición por los jóvenes, uno de ellos un joven actor llamado Paolo Carmini, se convirtió en su protegido y lo siguió siendo años después, se cuenta que Montini eligió el nombre Pablo para su pontificado en honor a su amante.

Se supo que las informaciones que Roger Peyrefitte, homosexual declarado, tenía eran de fuentes confiables, seguramente rescatadas por él en su condición de diplomático de años del país galo, ya que los servicios secretos franceses y europeos tenían conocimiento de las debilidades de Montini, también es cierto que miembros y dignatarios de la curia católica sabían del “affaire”.

Desde ya los dichos de Peyrefitte fueron abiertamente negados, por todo el mundo católico y tomados como un complot, pero llamó la atención la importancia que el Vaticano dio al asunto, ya que en casos similares siempre resto importancia a ataques a su institución o a sus integrantes, el lema vaticano de callar a los agravios para que el tiempo los haga olvidar, no fueron puestos en práctica en este caso.

Sin sospechar que las declaraciones del ex diplomático francés habían tocado un punto sensible en los pasillos de la Santa Sede, el escándalo fue mayúsculo haciéndose eco la prensa mundial. El Vaticano pidió oraciones por las injurias al santo padre, en todo el mundo fueron organizados vigilias de oraciones y rezos, para salvar el honor del Papa. 

Pero lo más llamativo de todo el hecho, fue el domingo de ramos de aquel año 1976, cuando el mismo Pablo VI denunció en una Plaza de San Pedro llena "...que cosas horribles y calumniosas han sido dichas sobre mi santa persona....”, la pregunta que desde esos días a nuestra fecha y que siempre a flotado en el aire fue ¿porque Pablo VI se sintió tan conmocionado, que tuvo que salir a denunciar una supuesta conspiración en su contra?, ¿porque el Vaticano no callo?, como es una constante en su política de enfrentar controversias de las cuales puede quedar mal parada, ante una confrontación ¿porque darle importancia a las palabras escritas de un homosexual declarado?.

Algunos sostienen que como Pablo VI atacó tan abiertamente a la homosexualidad al considerarla una enfermedad, que si se llegara a comprobar mínimamente los dichos de Peyrefitte, hubiera dejando al Vaticano en indefensión contra los activistas europeos, fue fuerte en aquellos años de la década del setenta, haciendo entrever la hipótesis de la doble moral de quién dirigía la santa iglesia Católica Apostólica Romana.

Al decir de muchos la vida de Montini, sólo es un ejemplo más de la multitud de papas cuya vida privada ha sido objeto de especulación y escándalo, tal como en su libro “Los papas y el sexo” lo demuestra el periodista e investigador Eric Frattini.

La relación secreta entre Pablo VI y Carlini fue narrada por el mismo actor que falleció como consecuencia de una trombosis el 3 de noviembre de 1979, poco después de la muerte de Pablo VI, sucedida el 6 de agosto del año precedente.