Por
Aurelio Nicolella
Sublevación judía época de Tito |
Mucho
se habla del conflicto de Medio Oriente y a veces uno se da cuenta de lo poco
que se sabe del mismo, es común que se cambie realidades por mitos, se cuenten
sarta de mentiras por verdades, y siempre todas ellas llenas de prejuicios y
preconceptos ya asumidos y dándolos como
ciertos.
Por
ejemplo decir que los judíos no se encontraban habitando Palestina desde la
diáspora, el confundir la religión judía con el estado de Israel, siendo que
este último es aconfesional y la mayoría de sus dirigentes no son judíos, y ni
siquiera practican religión alguna, aunque ciertamente se valgan de lo
religioso para poder mantenerse en el poder.
Lo
cierto es que el estado de Israel creado en 1948 es producto del “sionismo”
considerado hasta hace poco por las Naciones Unidas una organización
terrorista.
Producida
la “Diáspora”, que significa en griego dispersión, el pueblo judío tuvo dos
diásporas o exilios, la primera ocurrida en el años 586 antes de Cristo que
duro cerca de setenta años, quedando muchos judíos en la zona de Mesopotamia
(actual Irak) y la segunda en el año 70 después de Cristo, cuando el general
romano Tito, que con posterioridad sería emperador, subyugo el mayor
levantamiento judío y destruyó el segundo templo de Jerusalén. Esto último
produjo la mayor diáspora de judíos por el mundo. El peregrinar del pueblo
judío llego hasta remotos lugares del mundo.
Pero
no solo ese pueblo judío se limitó a vivir en sectores separados conocidos por
“ghettos”, sino que su cultura, pensamiento, sabiduría y ciencia también se
esparcieron. Así un grupo de habitantes de Europa central y oriental comienzan
a aparecer y a tomar poder dentro de las pequeñas comunidades judías de dichas
región europea, los “ashkenazí”, estos desarrollan costumbres y normas
particulares, que se confunden con lo judío y lo europeo autóctono por lo que
se diferencian de las otras comunidades judías como los
sefardíes y los mizrajíes, llegan incluso a tener una lengua propia como el “yiddish”.
Son lo que algunos historiadores llaman europeos conversos al judaísmo.
Lo
más llamativo es que los “ashkenazí” no son de raza semita como lo son los
judíos sefardíes y mizrajies, ya que provienen de una combinación de razas
propias de la región centro-este del viejo continente, mezcla de raza eslava
con germánica, por eso su contextura es típicamente caucásica, abundan muchos
de tez blanca y rubios, típicos como la mayoría de los eslavos y germanos,
Incluso la palabra “ashkenaz” es el nombre hebreo medieval dado a Alemania. Por ello, “ashkenazí”
o judío ashkenazí significa literalmente judío alemán.
Pero
se extendieron por todo la región centro europea, ocuparon regiones de Ucrania,
Rusia, Polonia y Austria. Son los que muchos argentinos llamamos “judíos rusos”
en contraposición a los “judíos turcos” que habitaban el antiguo imperio
Otomano que si son semitas y regresaron al medio oriente y a Palestina
precisamente cuando los reyes Católicos los expulsaran de la península Ibérica,
no por nada estos últimos eligieron una zona dominada por los otomanos,
musulmanes, ellos habían siempre sido protegidos y respetados por los
musulmanes ibéricos que ocuparon esa parte de Europa, lo mismo le sucedía en
Palestina.
En
cuanto los “ashkenazí” estos surgen al judaísmo ante su necesidad de
supervivencia era mejor ser judío y abrazar dicha fe, que ser cristiano,
obligado a servir y pagar impuestos y tributos a los distintos reyes, además
los reyes que eran católicos obligaban a la conversión religiosa, so pena de
Inquisición, muy distinto de los musulmanes que eran como dijimos tolerantes y
permitían el desarrollo económico de todos sus súbditos sin distinción de fe.
Judíos Medievales |
Evidentemente
es así que los que llamaríamos “judíos rusos” o “europeos” fueron grandes comerciantes
y pudieron fomentar su propio progreso, surgen millonarios como la familia Rothschild,
que son de origen alemán. Mientras que los judíos sefardíes convivían desde el
siglo XV en paz y armonía con los árabes musulmanes y los de distintas religiones
afincadas en Palestina, ello duro incluso en el Mandato Británico de Palestina
(1920-1948), las distintas comunidades religiosas se brindaban en respeto y
armonía. Muy diverso era la situación de los “ashkenazí” europeos que convivían
en constante tensión con los pueblos en donde habitaban, ya que sus protectores
los musulmanes habían perdido terreno en Europa.
Es
así que Europa para los “judíos rusos” comenzaba un sin fin de persecuciones,
primero durante el zarismo, y luego durante los distintos nacionalismos
europeos que empezaban a surgir desde fines del siglo XVIII acentuándose
después de la primera guerra mundial, ello estaba basado en el imperialismo
capitalista ejercido por estos, sobre los distintos gobiernos y las finanzas
europeas, a veces con fundamentos y otras como chivo expiatorio de otros males.
En
esos momentos surge dentro de los azquenazís un movimiento, el sionismo, dicha
ideología fue política y propuso desde el comienzo el restablecimiento de una
patria para el pueblo judío en la Tierra de Israel, Palestina. Su fundador y
líder fue Theodor Herzl, considerado padre del sionismo político. Así surge la
mecha con la cual exploto el polvorín de Medio Oriente. Terminada la segunda
guerra mundial los “ashkenazí” era una gran mayoría que exigía a las potencias
ganadoras que la “Cuestión Judía” se resolviera. Comenzaron a llegar desde
distintos puntos de Europa central y Oriental miles de “ashkenazí” en meses
estos eran mayoría sobre los judíos residentes desde hacía siglos en Palestina.
Comenzaron así sobre los británicos y los habitantes de Palestina sean judíos o
musulmanes un terrorismo violento y sangriento, como el atentado
contra el Hotel Rey David de julio de 1946 que produjo 92 muertos, siendo 16
judíos, o La matanza en Deir Yassin un aldea árabe, donde mataron a 120
habitantes todos ellos musulmanes palestinos, entre otros tantos hechos
violentos.
Lógicamente
el sionismo fue el creador del Estado de Israel y de su política de defensa.
Siempre y desde su creación los sionistas azquenazís han dominado los destinos
del estado de Israel, política y militarmente. Estos usufructúan el hecho de
que los judíos estuvieron desde siempre en Palestina, a veces hacen hincapié
que los sefardíes son judíos, lo cierto es que estos últimos son los que
pretenden una unidad con los palestinos árabes, evidentemente tienen en común
muchos años de convivencia mutua y respeto, a diferencia de los “ashkenazí”.
Lo
que sucede en Medio Oriente es complejo, son siglos de contiendas y
diferencias, son varios actores que a veces se confunden entre sí, producen una
impresión de una perpetua e infinita “Casus belli” (motivo de guerra), en la
que se encuentra sumergida toda la humanidad, tendrá razón de ser la frase que
se suele escuchar en aquellas partes “cuando el sol de la paz brille en la
tierra del Jordán la humanidad comenzara a ser feliz”