Por Aurelio Nicolella
La grave crisis educativa que atraviesa el Chile de Sebastián Piñera, no es producto de su gestión, la misma viene heredada desde hace tiempo, las anteriores gestiones como Concertación de Partidos por la Democracia, la agrupación de partidos de centro izquierda e izquierda que gobernó Chile en los últimos veinte años desde la caída del dictador Augusto Pinochet Ugarte, nada y poco hizo para cambiar la situación desigualitaria de la educación trasandina, como vulgarmente se dice “pateo la pelota para adelante”.
Las movilizaciones estudiantiles principalmente de este año 2011, han sido consideradas las mayores desde el retorno de la democracia por la gran cantidad de personas que concurrieron a las mismas desde educadores a educandos apoyados por familiares y simpatizantes del cambio, aunque desde el oficialismo se manifiesta que tuvieron apoyo e incitación de la oposición y las agrupaciones izquierdistas contrarias a la política de Sebastián Piñera.
Pero para poder entender el fenómeno estudiantil de Chile es necesario hacer un poco de historia y así nos remontaremos a la que se llama las nefastas cuatro décadas de la educación chilena.
La educación chilena conoció épocas de bonanzas, niveles de aprobación y calidad en años anteriores que la ubicaban dentro de las mejores de América Latina.
Pero el ocaso de la misma comienza a generarse en el gobierno de Salvador Allende Grossens, la política populista surgida por el gobierno de la Unidad Popular, que busco siempre por todos los medios nacionalizar la educación y darle un tinte popular, trajo aparejado que en las distintas Universidades Nacionales comenzaron a no renovársele las cátedras a aquellos profesores que tenían una orientación completamente distinta a la visión del “Marxismo a la chilena”, o denunciaban el peligro de que Chile fuera otra Cuba cercenando las libertades democráticas que por décadas se había instalado en el país, cabe hace mención que el último golpe militar había sido en 1932 fue al solo efecto de dar por tierra a la pretendía República Socialista de Chile (*), de efímera vida, por lo cual en America del Sur el sistema y ordenamiento político y social era ejemplo al lado de países que vivían de golpe de estado en golpe de estado, levantamientos o planeamientos cívico militares constantemente.
Aunque, para no faltar a la verdad el presupuesto de la Unidad Popular destinado en forma global para educación fuera de casi el veinte por ciento del presupuesto nacional, fue y sigue siendo el más grande que existió en Chile en toda su historia y en América Latina. Po lo tanto el problema no eran los recursos, sino la distribución de los mismos, ciertamente no llegaban a destino dichos fondos que eran desviado a otros fines, siempre políticos y no educativos.
Se creo “El Sistema Nacional de Educación” que a través de la súper oficina del Consejo de Educación regulaba la educación en tiempos de Allende, la misma pretendía la descentralización de la educación en todos sus niveles para adaptarla a las distintas necesidades regionales, pero ello quedo en meras buenas intenciones desde muy temprana el proyecto fracaso y lo que iba a ser descentralización se convirtió en una concentración burocrática administrativa y las escuelas tanto del ciclo básico, secundaria como universitaria se convirtieron en centros propagandísticos a favor de los vientos políticos que corrían en Chile, dejando de ser centros de estudios e investigación. Mientras que en los colegios y universidades privadas que todavía subsistían se politizaron y comenzaron a ser focos de política antigubernamentales, el caso mas recordado es el de Jaime Jorge Guzmán Errázuriz (**) que desde los claustros de la Pontificia Universidad Católica de Chile se opuso tenazmente al gobierno de Salvador Allende y su política populista.
Así llegamos al golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 en donde la educación chilena comenzaba a entrar en los peores niveles de estándares, se paso de la universidad libre, popular y abierta de Allende a una universidad clasista, calificada, arancelada y restringida, así solo las clases acomodadas eran las únicas que tenían capacidad para que sus hijos pudieran estudiar en las pocas universidades y acceder a capacitación e instrucción superior, ya que incluso las públicas fueron aranceladas y a los alumnos aspirantes se los obligo a rendir exigentes exámenes de ingreso a las mismas.
Durante los diecisiete años de la dictadura pinochetista nada cambio para los otros escalafones educativos así las escuelas públicas de educación primaria básica como la de enseñanza media y terciaria también sufrieron el embate de la restricción estatal y su indiferencia, algunos establecimientos privados pudieron nivelar la educación, eso sí debían estar acorde con la política oficial, era común en dicha época que algún Ministro o Secretario de Estado se lo invitaba a inaugurar ampliaciones de establecimientos educativos privados con gran pompa y difusión pública, en cambio el aspecto público el nivel educacional, sus edificios y sus programas de enseñanzas eran completamente abandonadas a su suerte.
Un dato que no es menor, durante el gobierno de Pinochet solo el uno coma cinco por ciento del presupuesto nacional era destinado para la educación pública para las tres grandes áreas.
Poco antes de entregar el poder, Pinochet, promulgo la famosa Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (L.O.C.E.), la cual dejó al Estado solamente el rol regulador, delegando gran parte de la enseñanza al sector privado y en cuanto a la enseñanza pública básica, primaria y secundaria la misma le fue adjudicada a las distintas comunas, las cuales algunas no podían destinar recursos del erario comunal para tener una educación de nivel aceptable, este abandono de la enseñanza con el tiempo se fue acentuando con el transcurso del tiempo.
Así llegada la democracia, el gobierno democrático de la Concertación de Partidos por la Democracia, mientras pudo evitar durante sus años de gobierno el tema educativo lo hizo, miro para otro lado, pero la bomba exploto en el año 2006 tras la movilización conocida como la "Revolución pingüina”, como única medida significativa en 2009 ante el descontento estudiantil se derogo la “Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza” (L.O.C.E.) pinochetista reemplazándola por una “Ley General de Educación”, que en la práctica casi no cambio la anterior ley.
Así hoy en día en la educación pública a nivel universitario, solo el veinticinco por ciento del sistema educativo es financiado por el Estado, mientras que los estudiantes aportan el otro setenta y cinco por ciento, un alumno de bajo recurso él o su familia debe recurrir a las pocas becas de instituciones de beneficencia social o a los seguros de educación del sector bancario, los cuales cobran intereses altísimos obligando a los alumnos tomadores de los mismos a abonar mensualmente por años, incluso luego de haber egresado con el título universitario bajo el brazo, las cuotas.
El motivo de descontento educativo y social es grande y justificado, de las palabras de Guillermo Cabrera Atocha, sociólogo y educador sus dichos clarifican un poco el tema: “…En Chile sucedió que al promulgarse la L.O.C.E. se le dio la libertad a cualquier persona de crear una institución educacional si cumplía con ciertos requisitos mínimos, que eran mínimos de verdad, entonces encontramos a empresarios que dejaron de fabricar ropa o tornillos para dedicarse a la educación, tomaron a la misma como un negocio, la culpa es el del estado que abandono ese campo…”, termina diciendo.
En cambio, para Carlos Villegas Tapia del Instituto de Enseñanza de las Comunicaciones de Santiago, “…el tema de la mala educación y discrecionalidad se da solamente en el ámbito de la sociedad civil, así en las escuelas y academias de las Fuerzas Armadas y de Seguridad efectivamente el sistema educativo funciona como el de Suecia o Noruega, allí es cien por ciento estatal, evidentemente la dictadura de Pinochet pensó en no privatizar ese segmento de la sociedad, y los gobiernos que siguieron la continuaron esa política de estado, no la veo mala, pero porque no llevarla a la sociedad civil también…”
A nadie escapa que el problema de la educación en Chile viene de décadas, de implementaciones de políticas educativas con solo fines oficiales y partidarios, tanto la derecha como la izquierda pretendieron hacer política con la educación, y eso hace que la sociedad pague caro los desaciertos, por eso lo que pasa en el Chile actual debe ser un llamado de alerta cuando se pretende usar la enseñanza pública con un fin político-partidista o se pretende mirar para otro lado. La educación es uno de los mayores e importantes pilares de la sociedad.
NOTAS:
(*) República Socialista de Chile: Fue un periodo de la historia chilena en la que por medio de la destitución y forzada renuncia de Presidente Juan Esteban Montero por un golpe de estado el 4 de junio de 1932, y finalizó con la igualmente forzosa renuncia de quién ejercía la presidencia Carlos Dávila el 13 de septiembre de ese mismo año.
Los objetivos de la República Socialista era el de hacer una reestructuración social de la sociedad chilena, no conto con el apoyo del partido Comunista Chilena (P.C.Ch.) en el cual militaba ya Salvador Allende Grossens
(**) Jaime Jorge Guzmán Errázuriz, es el mismo que años después y cuando Chile retomo la senda de la democracia fuera asesinado por el Frente Patriótico Manuel Rodríguez, del cual el gobierno chileno desde hace diez años solicita la extradición de Galvarino Sergio Apablaza Guerra y el gobierno argentino a la fecha pese a que la Suprema Corte de justicia de la Nación autorizo su extradición se niega a ejecutar.
Aurelio Nicolella, nació en Lanús, Provincia de Buenos Aires, el día 11 de septiembre de 1962, es abogado.