Por Aurelio Nicolella
Es difícil poder salir ileso de semejante escándalo político, en donde se encuentra hasta el director del Hospital Posadas, el más grande de Argentina, Alberto Maceira, que para defensa suya dijo que el episodio del “Vacunagate” “no puede ensuciar ni manchar todo un proceso de vacunación y de esfuerzo colectivo”, es difícil creerle cuando se encuentra el mismo comprometido y cuestionado con el “affaire”. Lo cual no queda otra cosa que decir que si puede ensuciarlo, sería poco creíble que como director de la institución no sabía sobre el tema.
Lo mismo caben dudas para la actual ministra de salud de la Nación Carla Vizzotti que no supiera nada, es poco creíble también, más aún cuando había ya varios grupos periodísticos investigando sobre el tema. Además muchos se preguntan ¿Dónde estaba?, mientras funcionaba el “vacunatorio V.I.P.” en el ministerio de salud.
La duda se crea si Carla Vizzotti desconocía lo que estaba sucediendo, si controlaba la logística de vacunación o no, ya que su área la Secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, era la que le correspondía dicho control, entonces por omisión o por acción no estaría en condiciones de asumir el cargo.
Para la administración Fernández hubiera sido mejor barrer todo el ministerio de salud, total el costo político ya está. Por lo menos para apaciguar los ánimos de los ciudadanos y calmar a la oposición que ya solicita que Vizzotti rinda cuentas, y sería lo más lógico, ya se escuchan voces como las de Federico Angelini diputado de la oposición por Santa Fe manifestó: “Es raro que Vizzotti no supiera que en su Ministerio funcionaba un centro de vacunación sólo para amigos seleccionados a dedo”, también El vicepresidente de la Cámara de Diputados, Omar de Marchi, titular del PRO en Mendoza, pidió una rápida investigación judicial sobre lo sucedido y un amplio llamado a especialistas de todos los colores políticos.
Pero la repercusión es mayor ya que “Transparencia Internacional” una ONG dijo que el “Vacunagate argentino” es "un claro caso de corrupción", amén que el ehcho de corrupción fue plana de los principales diarios del mundo como “El Mundo”, “The Guardian” y “The Washington Post”, haciendo hincapié que varios políticos, empresarios y sindicalistas se valieran de su amistad con el ahora ex ministro para acceder a una vacunación de privilegio.
Pero más llamativo es el caso de Estela de Carlotto, la presidente de las Abuelas de Plaza de Mayo” no solo se vio favorecida del “vacunatorio V.I.P.” sino que también esta semana nos esteramos que su hijo Remo Carlotto fue designado con un cargo en Cancillería.
El caso de Estela de Carlotto, es grave porque el hecho de tener 90 años no la coloca en mejor posición que otros de igual edad. La vacunación se inició ayer y ella ya estaba vacunada. O sea que le ofrecieron un privilegio indebido y ella lo aceptó. Debería ser investigada, tanto ella como el que le ofreció vacunarse, pero encima eso sí pidió muy suelta de cuerpo que investiguen a Horacio Verbitsky manifestando: "Algo me huele mal"
Lo de Horacio Verbitsky es más patético aún, la propia entidad que preside el Centro de Estudios Legales y Sociales (C.E.L.S.) repudio la actitud de Verbitsky por “vacunarse a través de una cadena de favores”, pero la entidad no le pidió la renuncia ni este la presento.
Muchos también preguntamos como ciudadanos, que nos gustaría saber qué pasó con las dos partidas desechadas por haberse cortado la cadena de frio, no se informó más nada, tal vez se piense mal al expresar estas sospechas sobre si esas vacunas se transformaron en vacunas V.I.P., pero la actitud del gobierno con lo acontecido ayer demuestra que no fueron cristalinos para nada, los funcionarios se abroquelaron y se rehusaron a ir al congreso a informar su gestión y a someterse a preguntas, y cuando van sus visitas siempre es lo más parecido a una campaña proselitista en el recinto.
Todavía la gente se acuerda cuando nos daban lecciones de eficacia, ética, moral y humanismo y nos decían que aplicaban todos los recursos para reforzar el sistema de salud para no tener nunca que pasar por la terrible situación de que un médico deba elegir a que paciente salvar, bueno, “Vacunatorio VIP” resolvió ese dilema ya que un grupo de argentinos privilegiados no se ven en esa coyuntura.
El doble discurso del gobierno, aquel que nos cuidaba, que velaba por todos y cada uno de los argentinos está terminando en una “opereta” de mal gusto.
Es que prima el doble discurso, y el doble discurso siempre fue un fuerte del peronismo.
