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UN PRESIDENTE CATÓLICO UN LARGO CAMINO A LA CASA BLANCA

Por Aurelio Nicolella

Joseph Robinette Biden Jr. se convierte en el segundo presidente de confesión Católica Apostólica Romana en el país del norte, un país donde nunca fue fácil ser de dicho credo, basta recordar haciendo un poco de historia que el mismo Ku Klux Klan (KKK), una organización de extrema derecha que promueve principalmente la supremacía de la raza blanca, el racismo, la xenofobia, el antisemitismo, la homofobia, el anticomunismo y el “anticatolicismo” por considerar a los católicos como súbditos de un monarca extranjero (El Papa) realizó persecuciones de católicos en los estados más fundamentalistas del centro y sur del país.

Pero no solo esta organización, sino también hubo épocas y situaciones que llevaron a una persecución con tintes de exterminio a la fe cristiana católica, en 1719,  en el estado de “Rhode Island” los católicos tenían restringidos sus derechos civiles no podían acceder a bienes ni tampoco podían sufragar en las elecciones, ni designar autoridades propias.

John Adams, segundo presidente de los EE.UU. y padre fundador de la nación  de fe “unitarista” protestante que creen en solo Dios y no en la Santísima Trinidad, asistió a una misa católica en Filadelfia un día de 1774, alabó el sermón por enseñar el deber cívico y disfrutó de la música, pero ridiculizó los rituales de los feligreses católicos. En 1788, John Jay, jurista y primer presidente de la Corte Suprema de los EE.UU., instó a la Legislatura de Nueva York a exigir a los funcionarios católicos y no católicos a que expresamente renunciaran al Papa ya las autoridades extranjeras "en todos los asuntos eclesiásticos y civiles", por lo cual incluían tanto a las iglesias católica como a las anglicanas.

El presidente Ulysses S. Grant apoyaba una enmienda constitucional del Senador Blaine. Grant temía un futuro con "patriotismo e inteligencia por un lado y superstición, ambición y codicia por el otro" por lo cual pedía escuelas públicas en donde "no se mezclase la enseñanza atea, pagana o sectaria". La enmienda fue rechazada en 1875, pero se usaría como modelo para las famosas llamadas “enmiendas Blaine” que fueron incorporadas en 34 constituciones estatales durante las siguientes tres décadas. Estas "enmiendas Blaine" a nivel estatal prohíben el uso de fondos públicos para financiar escuelas parroquiales, se entienden católicas, como la del “Oregon Compulsory Education Act” (Ley de Educación Obligatoria de Oregón)

Ataquen sufrieron los fieles católicos no solo en sus propiedades sino incluso físicamente uno de los recordados el asalto de una turba de protestantes en el convento de “Las Ursulinas” que tuvieron lugar entre el 11 y 12 de agosto de 1834, que alteraron la paz en la comunidad de Charlestown,  en el estado de Massachusetts, cerca de la ciudad Boston, donde a nadie fue culpable, por las daños a la víctimas casi todas ellas monjas y los destrozos ocasionados al convento.
La inmigración extranjera también sufrió persecución y vejación cuando venían de países católicos y profesando la fe romana, así lo sintieron los católicos irlandeses, que tuvieron que emigrar por la gran hambruna de Irlanda, al llegar a las costas del nuevo mundo comenzó un calvario. Se creó la asociación “Order of the Star Spangled Banner” (Estandarte de la Orden de las Estrellas) una sociedad secreta obligada por juramento en la ciudad de Nueva York. Su creación en 1849 por Charles B. Allen era para protestar por el aumento de la inmigración irlandesa, católica y alemana en los Estados Unido, ya que creían que la Iglesia Católica era la gran ramera de Babilonia que se menciona en el libro del Apocalipsis.

El número de católicos inmigrantes aumentó en los Estados Unidos. Esto hizo que los funcionarios del gobierno se sintieran angustiados por el aumento de católicos inmigrantes. Así este malestar fue representado por la declaración del diputado demócrata de la Cámara de Representantes, el Reverendo Samuel D. Burchard (Prebisteriano), que dijo que "no nos proponemos dejar nuestro partido e identificarnos con aquellos cuyos antecedentes han sido el ron, el romanismo (por catolicismo) y la rebelión"

Hasta el famoso escritor Mark Twain, en su libro de ficción más vendido,  “Un yanqui en la corte del rey Arturo” de 1889 indica su hostilidad hacia la Iglesia Católica. Públicamente manifestó que había "... sido educado en la enemistad hacia todo lo que es católico"

Los italianos en su mayoría católicos como los irlandeses comenzaron a llegar a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, la mayoría fueron recluidos en barrios tipo “guetos” en las grandes ciudades del país, salir de ellos se arriesgaba a ser considerados casi animales, ya que su vida no valía nada, ni siquiera eran investigadas los atropellos que sufrían. 

Ya entrado el siglo XX el catolicismo comienza a experimentar en Estados Unidos una persecución en menor grado, comienza una tolerancia del resto de la sociedad, se comienza a revalorizar la grandeza de sacerdotes como el franciscano Junípero Serra y Ferrer que en el siglo XVI fundo villas que se convirtieron en ciudades en el oeste de Estados Unidos.

El sacerdote James Edwin Coyle comenzó una evangelización en Alabama continuando con la que los colonizadores españoles habían inconclusa.

También en política el catolicismo comenzaba a tener su lugar, así Alfred Emanuel Smith, un descendiente de irlandés e italiano, que llego a ser  “sheriff” (Jefe de Policía) y gobernador de Nueva York por dos periodos y el primer católico candidato del Partido Demócrata a la presidencia de Estados Unidos, en ese punto tuvo una persecución ya que sus adversarios consideraban que de llegar a la Casa Blanca su política sería dirigida desde el Vaticano.

La inmigración desde América Latina en el siglo XX y XXI ha hecho que hoy el catolicismo sea la religión de mayores fieles en los Estados Unidos.

Pero el anticatolicismo estadounidense hoy sigue existiendo, dando un vuelco, según el jesuita James Martin, la industria cinematográfica de los Estados Unidos, en este caso Hollywood en particular, siente fascinación por la iconografía católica (vestidos, estatuas, crucifijos, ropaje), pero suele usarla para ofrecer una visión negativa y oscurantista de la religión católica, ambientando en ella posesiones demoníacas y, en muchas ocasiones, la venida del Anticristo.  El catálogo de películas que se dirigen en ese concepto es una muestra de ello.

Otro tema es la pedofilia, se hace hincapié en ella, se la divulga y exterioriza en todos los medios, eso si viene del catolicismo, sirviendo ello para acusar de ocultamiento a las autoridades eclesiásticas y al Pontífice Romano. Nadie justifica la pedofilia un sacerdote que abusa de un menor como cualquier ciudadano debe ser juzgado y llevado a prisión si es culpable. Pero lo cierto es que pedofilia también hay en otras religiones establecidas en los Estados Unidos, sean protestantes o de otras religiones, pero no son tan publicitadas como las que se producen dentro del seno católico. Nada se dice al respecto del Mormonismo, el islamismo con matrimonios arreglados de mujeres menores de edad o el judaísmo ortodoxo donde la mujer como el islam no tiene derechos y el machismo predomina sobre la voluntad feminista. 

En 1960 llega a la presidencia de los Estados Unidos  John F. Kennedy, un católico de ascendencia irlandesa, considerado por muchos como el mejor presidente de los Estados Unidos en el siglo XX, cuyo trágico final enlutó a la humanidad.

Como se ve el camino fue largo de los católicos fue arduo, tenaz y de lucha en la fe cristiana para llegar a tener el lugar que tiene hoy, aunque como decimos el anticatolicismo en Estados Unidos continúe.   

Para muchos católicos que hoy asuma como presidente de los Estados Unidos un católico después de sesenta años es una mérito para los católicos del mundo, lógicamente deberá velar por los intereses de su país y eso está bien.

El ex periodista del “Washington Post” hoy especialista en análisis político  Guy Gulliota afirma que Joe Biden “…podría ser  el hombre indicado en el momento justo”  y esto pone de relieve que sea una persona más recta que su antecesor o por lo menos más sensata.
Cabe recordar las palabras de Joe  Biden  durante su discurso de designación en la Convención del Partido Democrática di Milwaukee, hay él explico cuanto es importante su religión  para poder superar las graves situaciones que le toco vivir durante el curso de su vida: la muerte  –cuando él tenía veintinueve años, de su primer esposa y de su hija en un accidente de tránsito, luego más tarde la de su hijo mayor por un tumor cuando ejercía la vicepresidencia, como primer católico en ese cargo, durante el gobierno de Barack Obama.

En el juramento de  la ceremonia di inauguración de su presidencia, Joe Biden ha querido que esté presente un jesuita,  el sacerdote Leo O’Donovan, ex rector de la Universidad de  Georgetown un amigo personal de muchos años.  Cabe recordar que en el juramento de John Kennedy en 1961 fue acompañado por el sacerdote jesuita  teólogo John Courtney Murray.

Hoy para los católicos del mundo y para los estadounidenses tiene mucho mérito el hecho que un fiel de su congregación dirigida los Estados Unidos, la cual reivindica la fe de la Iglesia Católica Romana.