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EL VERDADERO FIN DE LA REVOLUCIÓN CUBANA LA CONSTITUCIÓN DE 1940

Por Aurelio Nicolella

El destino primordial y poco difundido de la llamada Revolución Cubana era reimplantar la Constitución de tinte liberal-progresista de 1940, que había estado vigente hasta 1952 cuando Fulgencio Batista tomó el poder el 10 de marzo de 1952. Se la llamaba la “Constitución de la Cuba Libre” ya que reemplazó a la Constitución de 1901 impuesta por los Estados Unidos. Ampliamente considerada una de las constituciones más progresistas de su época, contenía elementos como la reforma agraria, educación pública, salario mínimo y otros programas sociales.

El dictador Batista para ser ver que no se perpetuaria en el poder, llama a elecciones y en junio de 1952 Fidel Castro Ruz se presentó para ser diputado por una rama del Partido Ortodoxo (de tendencia liberal) lo hizo como independiente y por la circunscripción de La Habana, aunque fue elegido el  Golpe de Estado del general Fulgencio Batista anuló dichas elecciones, no pudiendo asumir su cargo de diputado, lo que produjo que iniciara una férrea oposición a este llegando a tomar las armas, quedando arrestado en el Asalto al Cuartel Moncada en 1953 y que fuera amnistiado meses después de su arresto por la dictadura de Batista y partiendo al exilio en México donde concreto alianza con lo más variopinto del espectro político opositor a Batista.

En 1953, el manifiesto de Fidel Castro "La Historia me Absolverá" declaró la restauración de la constitución de 1940 como uno de los principales objetivos de su movimiento revolucionario, también lo dijo en 1957 en el "Manifiesto de la Sierra Maestra" su intención de restaurar dicha constitución, si lograban derrocar la Dictadura de Batista.​ Pero Fidel Castro jamás cumplió esa promesa.

Pero los comandantes que acompañaron el inicio y el trayecto de la Revolución Cubana hasta su triunfo entre ellos Camilo Cienfuegos (desaparecido trágicamente durante los primeros años de la revolución), Rubén Matos (detenido y condenado a prisión por oponerse al giro que tomaba hacia la izquierda la revolución), Frank País, Abel Santamaría y el propio Fidel Castro, nunca pensaron en convertir a Cuba en un país comunista; en cambio Raúl Castro y Ernesto Guevara  tenían un pensamiento de orientación marxista que a la larga con el tiempo se fue imponiendo por las circunstancias de la época y por ganar mas poder estos últimos.

El principio de la Revolución era llamar a elecciones populares y libres restaurando la Carta Magna del 40, una vez en el poder; incluso era bien visto por el mismo EE.UU. que ya consideraba a Batista molesto y un hombre de escasos escrúpulos. En cambio las democracias occidentales miraban a los revolucionarios cubanos con un tinte romántico.

Basta recordar que el mismo Fidel Castro dijo el 19 de abril de 1959, ya triunfada la revolución: “El pueblo de Cuba sabe que el gobierno revolucionario no es comunista". También dijo: "Nuestra Revolución es tan cubana como nuestras palmas. (...) Y toda esta campaña de comunista, campaña falsa, campaña canallesca, que ni nos preocupa, ni nos asusta", había rematado Fidel Castro en un discurso realizado en Washington D.C., donde se encontraba de visita oficial en 1961. De ahí que insistiera, una y otra vez, en que no era partidario de las soluciones extremas: “He dicho de forma clara y definitiva que no somos comunistas”.

En "La Historia me Absolverá", el alegato del joven Castro posterior al fallido asalto al Cuartel Moncada del 26 de julio 1953, no se mencionan una sola vez las palabras socialismo, comunismo, marxismo o leninismo.

Cabe acotar que Fidel Castro nunca reflejo o dio a entender en ninguno de sus discursos y escritos antes y durante la campaña de la Sierra Maestra su pertenencia al comunismo.

Los principios de cambio retornando a una constitución democrática de signo progresista y liberal no se concretó, convirtiéndose de a poco en una dictadura marxista-leninista hasta nuestros días y desvirtuando el sentido primario de la revolución.