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LA MUERTE PURGA TODAS LAS PENAS

Por Aurelio Nicolella


La muerte es algo tan impensado para una persona que cuando acontece, aunque sea de un tercero, marca hasta al extraño.

La muerte también tiene otro factor, el perdón o el olvido de los hechos más aberrantes que puedan haber existido en la vida de una persona y siempre prevalecerán los más destacados de la persona que finalmente llenaran los renglones del obituario.

En el caso del tres veces ex gobernador de Córdoba y ex senador nacional José Manuel de La Sota, fallecido en un trágico accidente de tránsito este sábado 15 de septiembre, no es la excepción, en los años 70 estuvo claramente ligado a la derecha del movimiento justicialista.

Por eso viendo los titulares del día domingo, cuando la mayoría de las personas tiene más tiempo para leerlos, pongan “Murió un gran demócrata”,  la pregunta es:  ¿murió realmente un “gran demócrata”?

La historia de José Manuel de La Sota tiene tantas contradicciones, como la historia del propio líder del partido político al que pertenencia.

No he visto que nadie mencionara que el exgobernador y candidato a presidente fallecido, haya sido parte del famoso “Navarrazo”, o en el mejor de los casos partícipe del mismo. 

Por ello es necesario hacer un poco de memoria el “Navarrazo” se produjo el 28 de febrero de 1974, antesala del golpe de estado del 24 de marzo de  1976. El jefe de policía de la provincia de Córdoba, Antonio Navarro, que paso únicamente a la historia por prestar su apellido al acontecimiento político, depuso al gobernador Obregón Cano y su vice Hipólito Atilio López, elegido por el voto popular el 11 de marzo de 1973. 

El golpe policial fue impulsado abiertamente por Juan Domingo Perón en pos de derrotar a la vanguardia obrera, estudiantil y popular que se desarrollaba desde el Cordobazo, y en lo que se dio en llamar históricamente la “depuración ideológica del peronismo” donde la centro izquierda peronista debía someterse a la centro derecha del partido.

El mismo líder justicialista había dicho  “Córdoba es un foco de infección”, pocas semanas antes del golpe policial incitando así al golpe. El gobierno nacional del general  Juan Domingo Perón se proponía disciplinar a los sectores de la izquierda revolucionaria del peronismo y su vanguardia, por eso estaban en el foco los gobiernos progresistas peronistas de Ricardo Armando Obregón Cano, en Córdoba, Oscar Bidegain en Buenos Aires, Miguel Ragone en Salta, Jorge Cepernic en Santa Cruz y Alberto Martínez Baca en Mendoza, que terminaron siendo desplazados de sus cargos y en el caso de Miguel Ragone además de detenido, desaparecido.

Lo cierto que la dupla gubernativa de Ricardo Armando Obregón Cano y Hipólito Atilio López, este último peronista, Secretario General de la CGT Córdoba y Secretario General de la Unión Tranviarios Argentinos de (U.T.A.) de Córdoba de activa participación junto a Agustín Tosco en el mayor movimiento y manifestación de la historia argentina en lo gremial como fue el “Cordobazo”, habían comenzado grandes transformaciones en la provincia mediterránea, desde mejoras salariales hasta beneficios sociales en todos los estamentos públicos.

Estas transformaciones estaban mal  vistas y el 26 de febrero de 1974 en adelante los empresarios y la burocracia de las 62 organizaciones actuarán en común para impedir una respuesta del movimiento obrero. El lock-out patronal se generaliza y las 62 organizaciones convocan a un paro por tiempo indeterminado en “adhesión a la valiente y patriótica actitud tomada por el peronismo de Córdoba en apoyo a su Policía”.  La respuesta del mismo Obregón Cano, fue que se negó a llamar a la población en su apoyo para luego renunciar a su cargo, llamando a “la pacificación” del pueblo cordobés. Una actitud similar a la tomada por Perón en el 55’. 

Lo que sucedió después ya lo sabemos, Hipólito Atilio López sería secuestrado por la organización terrorista de extrema derecha Triple A, y el 16 de setiembre de 1974, su cuerpo apareció cerca la localidad bonaerense de Capilla del Señor; mejor suerte corrió Ricardo Armando Obregón Cano tuvo luego de estar detenido, puso exiliarse en México retorno al país y falleció en el 2016 alejado de los avatares de la política.

Así José Manuel de La Sota, cuando en 1973 el justicialista Juan Carlos Ávalos es elegido Intendente de Córdoba, De la Sota fue designado Secretario administrativo del Concejo Deliberante de Córdoba cuyo titular del era, Miguel Flores.

Al poco tiempo, las divisiones internas en el peronismo de la capital cordobesa y la mala salud determinaron la salida de Ávalos de la intendencia cordobesa fue reemplazo por el concejal Flores, amigo y aliado del gobernador Obregón Cano. El derrocamiento de Obregón Cano, avalado por el poder central, produjo la salida de Flores. Así el 14 de marzo de 1975 José Domingo Coronel asumió la intendencia de Córdoba y designó a José Manuel de La Sota secretario de Gobierno.

Durante el Proceso de Reorganización Nacional, de La Sota sufrió detención, en su autobiografía manifestó que el actual Papa Francisco intercedió por él, aunque este manifestó en reiteradas oportunidades que no se acuerda de ello. 

Pero hay testimonios que comprometen su personalidad de demócrata, como el del fiscal federal Carlos Gonella recordando en el cuarto juicio de lesa humanidad llevado a cabo en Córdoba, que la testigo Dra. Patricia Trigueros (compañera de las tres víctimas de dicho caso que se ventilaba) contó en una audiencia que se lo veía a José Manuel De la Sota en los años 73 y 74 con un brazalete de una organización estudiantil de ultraderecha agitando actividades en la Universidad. La misma  testigo en el programa radial Cara y Cruz, la propia Patricia Trigueros explicó que en esa época había gente que usaba brazaletes y formaba parte de comandos civiles (una organización parapolicial dedicada a amedrentar y exterminar opositores políticos), Trigueros afirmó que reconoció al gobernador José Manuel De la Sota como perteneciente a este comando civil porque “andaban en la Universidad” y eran con los que más enfrentamientos tenían en la institución.

Así "De la Sota participó del derrocamiento del gobierno de Obregón Cano", el abogado querellante Claudio Orosz recordó también en una oportunidad ante los medios que José Manuel de La Sota tuvo trascendental actuación en esa época turbia de Córdoba y relata que “A la primera manifestación que fui en mi vida, fue el 11 de septiembre de 1973, para repudiar el golpe de estado en Chile. Y José Manuel de La Sota estaba en la puerta de la Facultad de Ciencias Exactas, con cadenas y representando a la Juventud Peronista de López Rega. Y trataban con las cadenas de que la manifestación no se realizará”.

También evocó que fue este mismo gobernador el que dijo en 2004 que las Madres de Plaza de Mayo “deberían haber cuidado mejor a sus hijos”, y criticó su participación en la década del '70.

"El ex gobernador cordobés, participó en el derrocamiento de un gobierno popular elegido por el voto, como fue el gobierno de Obregón Cano y Atilio López. Defendió la postura de la intervención federal de Raúl Oscar Lacabanne que fue el que recepcionó a Héctor Pedro Vergés, que vino a crear la Triple A cordobesa que fue  denominada Comando Libertadores de América, empezó a asesinar a militantes populares y tirarlos en zanjones".

Los anales de la historia dice que José Manuel de La Sota tuvo una participación abierta de apoyo a la destitución de un gobierno constitucional en 1974 integrando los “comandos Civiles” de aquella época,  como bien se ventiló en las audiencias de los juicios al terrorismo de Estado.


Por eso la historia podrá estar escrita con moldes de acero pero lo cierto es que la muerte purga todas las penas.